PERO...¿Y EN QUE PAÍS ES QUE ESTAMOS?

LA ALTAGRACIA , RD POR ANDREA GUERRERO. 

Cada día se Deteriora más en nuestra República Dominicana la Institucionalidad Democrática,  precisamente las instituciones que deben,  tienen la obligación de Sustentar esa Democracia, El Estado de Derechos y que deben garantizar a cada Ciudadano Dominicano, son las primeras en vulnerarlos, estrangulando la posibilidad que avancemos como  Nación en vías de Desarrollo. 

 Nuestros Médicos, Maestros, que son Columnas imprescindibles en cualquier país del mundo no importa su forma  de Gobierno, un ejemplo de ello es Cuba, donde a partir de febrero de 2017 iniciaron a utilizar como parte de sus herramientas en la enseñanza, PIZARRAS DIGITALES, mientras nosotros permanecemos con las obsoletas pizarras de cartón y tiza. 

  Para lograr beneficios ganados  con esfuerzos, luchas y dedicación, tengan que acudir a las huelgas, pues, en ellos descansan dos pilares determinantes para el avance de un Estado, EDUCACIÓN Y SALUD. 

El Progreso de un Pueblo va de la mano con la Educación. 

De nada nos sirve la promoción internacional que hemos reducido la pobreza,  mostrar al país y el mundo la Revolución Educativa, cuando vemos nuestros Maestros y nuestros Médicos haciendo huelgas, llamados por las diferentes redes sociales, para que les sean respetados sus Derechos, Ellos que son los que Forman y Mantienen la Salud, a los mismos  que los explotan, les vulneran sus Derechos y los reducen a nada, porque cuando laceran nuestra DIGNIDAD, nos reducen a nada y un ejemplo de ello, los Suicidios cada vez mas, de Profesionales en Diferentes áreas. 

Nuestro País necesita POLÍTICAS DE ESTADO enfocadas a reducir el déficit institucional,  que está a punto de convertirse en un viaje sin regreso y la pérdida de las esperanzas de aquellos que aún albergan el Sentimiento de vivir y pertenecer a un conglomerado, donde se deja de ser un nombre que genera riquezas por los impuestos que paga y se convierte en un SER HUMANO CON DERECHOS GARANTIZADOS.

ANDREA GUERRERO GUERRERO